domingo, 14 de marzo de 2010

La Jacquelín Izaguirre Linares (@tiabelencita)



La Jacquelín Izaguirre Linares (@tiabelencita), hija de un comerciante del valle, disfrutó de una niñez acomodada hasta que muere su madre y seis meses despues su padre se casó con una viuda de dudoso prontuario, quien llevó a sus dos hijas a vivir a su nuevo hogar (@paulyn1979 y @mafaldachan).

Tanto la madrastra como las dos hermanastras hicieron la vida muy complicada a nuestra Jacquelín. Ella de golpe no sólo se vió obligada a realizar las labores domesticas, sino que también tuvo que dejar su cuarto y dormir en el minúsculo cuarto de servicios, para que las hermanitas no tuvieran que dormir separadas y así minimizar el desarraigo que vivían desde pequeñas. Su madre nunca había tenido una pareja estable y las habia arrastrado con ella por cuanta casa de hombre paso por su cama.

Su padre pasaba día y noche tratando de que las crisis que continuamente ha sufrido nuestro país no llevaran su comercio a la quiebra por lo cual era ajeno a lo que sucedía en su hogar. De este modo, y siempre con su afán de complacer y no generar inconvenientes, la Jacquelín cumplió siempre y sin chistar con las demandas de su madrastra. El resto del tiempo, lo dedicaba a estudiar para poder terminar el colegio e irse a estudiar a Buenos Aires. No le sobraba el tiempo ni energía para hacer amigos y mucho menos algún noviecito. No conoció boliche alguno de la zona ya que sus hermanas nunca la invitaban por no tener ropa copada para salir con ellas. Ni siquiera intentaron jamás prestarle ropa de ellas, porque claro, ambas eran el doble de tamaño que la Jacquelín y que esta se la probase ya las hacia sentir excedidas de peso y mas feuchitas que su hermanastra.

Cuando estaba terminando quinto año, la familia de los Alicante de las Colinas dá un semejante fiestón en su mansión de la colina. Invitaron a toda la gente mas cool valle y por supuesto asistieron todas las jóvenes solteras dispuestas a enganchar al galancito de la familia: Sir Pedro Alicante de las Colinas (@sebas_sir).


La madrastra y las hermanastras de la Jacquelín se quisieron matar porque la invitación llego a la oficina del padre, quien accedió a que fueran solo si iban con la Jacquelín. Ellas sabían que no les convenía porque todas sabemos que no es negocio salir con una amiga que este más buena que una, así que hicieron todo lo posible para que ella desistiera de ir. Pero como la Jacquelín estaba muy emocionada porque ya se lo había cruzado en el valle a Pedro y había quedado prendada de esos hermosos ojos verdes, por primera vez en su vida no se dejó avasallar y pudo rebatir cada una de las excusas salvo una: no tenía la vestimenta adecuada.

La Jacquelín entonces se fué de shopping con sus magros ahorros pero como no era época de rebajas no encontró ningún vestido que pudiera pagar. Triste y apesadumbrada se sentó en uno de los silloncitos de Starbucks buscando en su bolso las monedas para el colectivo y allí conoció a Maripaz Escalante de las Fronteras (@carla_york) quien se convertiría en ese momento y para siempre en su mejor amiga y hermana del alma.



Maripaz, una chica muy top y extrovertida, le pidió que le cuente el motivo de sus lágrimas mientras la invitaba con un frapuccino y luego de escuchar su triste historia decidió ayudarla. Le regaló un vestido de los tantos que ella tenia y zapatos y accesorios haciendo juego, con los cuales quedó al descubierto toda la belleza interior y exterior de la Jacquelín, deslucida por tantos años de tareas del hogar y de postergar la lectura de la Cosmopolitan. Gastó entonces sus pocos pesos para actualizar su peinado y hacerse las manos y pies en Cerini y ya casi se sentía una princesa.

Así la conoció Pedro la noche de la fiesta, quien apenas la ve le dijo algo así como: “Yo me caso con vos, no zafás “ y no se le despegó en toda la noche. Ella sonreía sin parar y brillaba. El la miraba y no dejaba de seducirla porque había quedado realmente atrapado por su sonrisa.

Como la madrastra no le había dado dinero a ella para que volviera en remisse, tenía que tomarse el último colectivo. Le daba mucha vergüenza decírselo a Pedro, así que mientras el va a buscarle un Malibú con piña, ella se calzó las havaianas para poder correr al colectivo porque ya eran casi las doce y escapó de la fiesta, sin darse cuenta que había dejado los stilettos al lado del puff donde esperaba a Pedro.

Cuando Pedro volvió y se encontró solo con los zapatos, se dió cuenta que no quería dejar pasar la oportunidad de conocerla. Preguntó entre sus amigos tratando de averiguar donde vivía con la intención de buscarla al día siguiente pero nadie la conocía. Y las hermanastras, odiadas de que la Jacquelín haya sido el centro de atención de Pedro, la desconocieron.


Gracias a las fotos que sus amigos subieron a Facebook, un amigo de un amigo de una amiga la reconoció del colegio y le pasó la info un par de días después.

Y así, sin más, fue a buscarla, le devolvió los zapatos de Maripaz y no se separaron nunca más.

A partir de ese momento sus hermanastras juraron vengarse eternamente de ella y prometieron arrebatarle el amor de Pedro, aunque para eso tuvieran que deshacerse literalmente de ella.



1 comentario:

  1. Creo que podemos poner que @paulyn en uno de sus infructuosos intentos por matar a la Jaqueline, recibe un golpe en la cabeza que la deja desmemoriada, y la madre y la hermana aprovechan para mandarla a algun lugar, y como la Jaqueline es buena, la ayuda, pero no le dice su verdadera identidad.....

    ResponderEliminar